Responsabilidad social del maestro rural en América Latina

https://doi.org/10.59722/riic.v1i2.730

Olga Lucía Montero Muñoz

https://orcid.org/0009-0007-1448-6223

Universidad de Panamá

olga-l.montero-m@up.ac.pa


Fecha de recepción:13-04-2024

Fecha de aceptación:21-06-2024

Resumen

La responsabilidad social del maestro es un tema que ha ido ganando importancia con respecto al mejoramiento y desarrollo de la educación rural. Actualmente, diferentes organizaciones mundiales enfatizan en la educación rural, determinando las responsabilidades de los agentes que participan. El objetivo del presente ensayo es argumentar la importancia que implica la responsabilidad social del maestro en la educación rural a partir de los factores y desafíos que enfrentan y limitan su ejercicio profesional. Se utilizó una metodología documentológica que responde a un enfoque histórico-interpretativo en donde los autores citados contribuyen a demarcar la postura con una dialéctica entre la teoría y la realidad abordada. La responsabilidad social del docente rural está ratificada como un factor crucial y determinante en la eficacia de la educación rural. La integración efectiva de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en la educación rural es un desafío importante que requiere atención en la ruralidad, incluyendo la formación docente y el acceso a recursos. Las limitaciones persisten en la calidad educativa en los entornos rurales, como la falta de relación entre la formación recibida por los docentes y su práctica profesional así como la necesidad de innovación en las prácticas pedagógicas. Finalmente, la educación rural sigue siendo un desafío importante en América Latina, y para abordarlo de manera efectiva es necesario un compromiso conjunto de los docentes, las autoridades educativas, las familias y la sociedad en general.

Palabras clave: responsabilidad social, educación rural, educación, calidad de la educación, maestro.


Social responsibility of the rural teacher in Latin America


Abstract

Teacher's social responsibility is a topic that has been gaining importance with respect to the improvement and development of rural education. Currently, different world organizations emphasize rural education, determining responsibilities of the participating agents. The objective of this essay is to argue the importance of the teacher's social responsibility in rural education based on the factors and challenges that face and limit their professional practice. A documentary methodology was used that responds to a historical-interpretative approach in which the cited authors contribute to demarcating the position with a dialectic between the theory and the reality addressed. The social responsibility of the rural teacher is ratified as a determining and crucial factor in the efficacy of rural educational processes. The effective integration of Information and Communication Technologies (ICT) in rural education is an important challenge that requires attention in rural areas, including teacher training and access to resources. Limitations persist in the quality of education in rural settings, such as the lack of relationship between the training received by teachers and their professional practice, as well as the need for innovation in pedagogical practices. Finally, rural education continues to be a major challenge in Latin America, and to address it effectively requires a joint commitment of teachers, educational authorities, families and society in general.

Keywords: social responsibility, rural education, education, quality of education, teacher.


Responsabilidade social do professor rural na América Latina


Resumo

A responsabilidade social do professor é um tema que vem ganhando importância no que diz respeito à melhoria e ao desenvolvimento da educação rural. Atualmente, diferentes organizações mundiais dão ênfase à educação rural, determinando responsabilidades dos agentes participantes. O objetivo deste ensaio é argumentar a importância da responsabilidade social do professor na educação do campo a partir dos fatores e desafios que enfrentam e limitam sua prática profissional. Foi utilizada uma metodologia documental que responde a uma abordagem histórico-interpretativa na qual os autores citados contribuem para demarcar a posição com uma dialética entre a teoria e a realidade abordada. A responsabilidade social do professor rural é ratificada como fator determinante e crucial para a eficácia dos processos educativos rurais. A integração efectiva das Tecnologias de Informação e Comunicação (TIC) na educação rural é um desafio importante que requer atenção nas zonas rurais, incluindo a formação de professores e o acesso a recursos. Persistem limitações na qualidade da educação em ambientes rurais, como a falta de relação entre a formação recebida pelos professores e a sua prática profissional, bem como a necessidade de inovação nas práticas pedagógicas. Finalmente, a educação rural continua a ser um grande desafio na América Latina e para enfrentá-lo de forma eficaz é necessário um compromisso conjunto dos professores, das autoridades educativas, das famílias e da sociedade em geral.

Palavras chave: responsabilidade social, educação rural, educação, qualidade da educação, professor.


Introducción

La educación rural es un escenario propicio para la investigación educativa en todas sus dimensiones y se constituye en la luz que fortalece y da vida a otros hallazgos y avances disciplinares Vélez (2014). La educación es fundamental en el desarrollo del sector rural. En este sentido, es relevante el análisis de la pertinencia en el enfoque pedagógico desarrollado en función de atender las necesidades formativas en el sector rural. La orientación hacia la búsqueda de la universalidad y la anhelada calidad de la educación desde la ruralidad.

En este orden, se hace necesario considerar las condiciones económicas, políticas, culturales inherentes a las comunidades rurales y la incidencia en la educación. Como también, la oferta respecto de la infraestructura escolar y la tecnología presente en los entornos educativos. Los factores de apoyo como la atención en salud, los desplazamientos y la alimentación escolar claves en el proceso educativo. Finalmente, la situación social, en lo que respecta al manejo interno del conflicto y la afectación en las trayectorias educativas.

Con base en Castrejón (2022) es a partir de la realidad que viven las comunidades que se debe educar. El contexto educativo rural en América Latina presenta al docente retos particulares debido a las características propias de las comunidades en cada uno de los países y sus regiones. Donde existen marcadas variaciones, sin embargo, hay aspectos en común que inciden en el ámbito académico, en la calidad y necesidad de la educación. Debería ser en estrecha relación con las diferencias y oportunidades la ruta para un desarrollo educativo significativo.

Ante estas advertencias se infiere que no aplica para la ruralidad modelos educativos preestablecidos diseñados en condiciones y situaciones diferentes. En algunos casos, según Galván (2020) se siguen aplicando propuestas educativas provenientes del sector urbano a la ruralidad. Estos hechos generan desigualdad y amplían el déficit en la formación limitando las posibilidades de desarrollo a partir de las oportunidades del contexto. Situación que ya se ha evaluado indicando que “el éxito en un contexto educativo no garantiza igual victoria en otro” (Chacón, 2019, p. 36).

Las políticas nacionales e internacionales han estado enfocadas en la generación y aplicación de planes de atención orientados a la reducción de la marginalidad educativa en la ruralidad. Sin embargo, las mediciones no ubican a América Latina en un lugar relevante. Algunos países han implementado estrategias de universalidad aun en oposición con las raíces interétnicas y de contexto, dejando más resultados negativos que positivos. En Colombia ha sido significativo el programa escuela nueva como apoyo a las escuelas multigrado. Este programa “es un “patrimonio pedagógico” diseñado a mediados de los años setenta por Vicky Colbert, Beryl Levinger y Óscar Mogollón para ofrecer la primaria completa” (Forero, 2021, p.39).

Sin embargo, los resultados continúan siendo desalentadores y poco promisorios. Esto ha obligado a la búsqueda de alternativas que consoliden la disminución de la brecha entre la educación del campo y la ciudad. Hoy se ha responsabilizado a los gobernantes, a las políticas en educación, las condiciones rurales y de desarrollo, el acceso a las tecnologías entre otros. Finalmente, el cuestionado termina siendo el docente quien debe encontrar caminos que lo salven en el examen.

De esta manera, el ejercicio docente ha experimentado una transformación significativa que va más allá de las fronteras tradicionales de la enseñanza puramente pedagógica para abarcar un rol político más amplio y proactivo en la sociedad. Esta evolución se ha manifestado en la adopción de tareas y responsabilidades adicionales que trascienden el aula y se extienden a la comunidad, donde los educadores no transmiten conocimientos, sino que también participan activamente en la gestación de cambios y asuntos comunales siendo “el maestro rural un actor social que ingresa al tejido social de las comunidades rurales y al que, por la tradición de la escuela rural al ser la única presencia estatal, se le confiere un liderazgo comunitario” (Gómez, 2022, p. 13).

Con frecuencia se refiere haber otorgado autonomía a las instituciones en la gestación de planes educativos, pero estos deben ser coherentes con los objetivos y las políticas nacionales e internacionales. Debe considerarse dentro de las propuestas educativas necesidades acordes a las oportunidades de desarrollo del entorno rural. Como una alternativa para el maestro, el camino ha sido elevar su formación en la búsqueda de soluciones por lo menos en lo que al conocimiento se refiere.

Así entonces, el maestro reconocido como una figura fundamental y responsable en las realidades rurales, es clave para analizar, proponer y proyectar el futuro de la educación en estos contextos. Siendo la educación rural un tema de gran relevancia en términos de excelencia, equidad, necesidades y desarrollo de la población. Sin embargo, lograr una educación rural ideal no resulta un hecho fácil, siendo persistentes y acumulativas las brechas que separan este anhelado momento.

Frente a estos desafíos resultan interrogantes como: ¿Cuál es la responsabilidad social del docente en América Latina? ¿Cómo la responsabilidad social del maestro ha incidido en la educación rural? El presente ensayo busca argumentar a partir de las preguntas formuladas, la importancia que implica la responsabilidad social del maestro en la educación rural.

Para abordar el tema se propone como campos de indagación: La responsabilidad social del maestro rural, el maestro y la calidad de la educación rural en Latinoamérica y la incidencia de factores y desafíos asociados a la responsabilidad social del maestro en Latinoamérica.

Responsabilidad social del maestro rural

Con base en Núñez et al. (2019) consideran que la responsabilidad social es fundamental para el crecimiento y el progreso de las sociedades modernas, caracterizadas por la decadencia en los valores afectando negativamente a los niños y adolescentes y, por lo tanto, influye en el futuro de las realidades en América Latina En este sentido, el estudio aborda la esencia de los procesos formativos en los niveles de primaria y secundaria, donde el rol del maestro es crucial y se convierte en un motor de desarrollo. La responsabilidad social implica asumir el compromiso de generar impactos positivos en la sociedad a través de prácticas éticas, respeto por las personas, comunidades y el medio ambiente.

Según Vanegas et al. (2020) refieren al maestro rural como fuente de esperanza a partir de sus intenciones formativas para los estudiantes. Aunque los escenarios rurales permanecen en el imaginario docente como espacios hostiles, con múltiples precariedades, distantes y en abandono estatal. En estos lugares, aguardan expectantes: estudiantes y padres de familia, motor de la formación rural y para quienes la educación es una opción de vida.

Sin embargo, las percepciones son diferentes como se describe por Serna & Patiño, (2018) que evidencian en la ruralidad un "bajo desarrollo económico, educativo, escasez en servicios de salud y precarias condiciones de vida”; y aspectos positivos como “las costumbres y tradiciones de sus pobladores, la sana relación con el medio ambiente, la dedicación al trabajo y la familia” (p. 190).

Por ello, la educación en la ruralidad implica el cambio constante en las rutinas pedagógicas orientadas, enfocándolas en función de la separación de situaciones que generan conflicto, la comprensión del entorno o la creación de espacios que disminuyan la carga emocional que los estudiantes llevan a la escuela. En este sentido, la versatilidad del docente es fundamental, en la ruralidad no se puede educar con el programa preestablecido, sino en la dinámica que la realidad presenta. Es ahí, desde el contexto, donde el docente debe sortear sus habilidades pedagógicas para en medio de las adversidades hacer uso de las oportunidades y generar un acto educativo significativo.

De esta manera, y con relación a algunas políticas implementadas en el contexto educativo colombiano se coincide con Díaz (2019) que plantea el análisis profundo y reflexivo desde la escuela y el maestro, considerados como los principales actores en el mejoramiento de la calidad educativa, ya que su colaboración es crucial para lograr un impacto positivo en el sistema educativo incluida la necesidad de un mayor compromiso y responsabilidad social en favor del proceso educativo. Por lo tanto, es fundamental el rol del docente y su saber pedagógico en correspondencia con las metas de calidad.

Considerando las políticas recientes orientadas hacia las metas de calidad en la educación, las TIC se han ido constituyendo como un factor determinante en el avance y logro de competencias actuales. De acuerdo con Soto & Molina (2018) exploran “la relación entre las políticas públicas en materia de Tecnologías de la Información y la Comunicación, la escuela rural y el Educador” p.277.

En consecuencia, se destaca que la escuela rural posee un entorno con oportunidades y limitaciones socioeducativas. Es crucial adoptar políticas de implementación pedagógica de las TIC adaptadas a las necesidades de la ruralidad para potenciar las habilidades de los estudiantes. La integración efectiva de las TIC en la educación rural requiere considerar aspectos como la formación docente, el acceso a recursos tecnológicos, la infraestructura y el diseño de estrategias pedagógicas acordes con las realidades rurales.

Sin embargo, la realidad en torno a la implementación de estrategias educativas orientadas mediante las TIC en la ruralidad han sido un fracaso. La pandemia por el Covid-19 dejó en evidencia la complejidad del tema, ya que el problema no radica solo en la formación del docente, sino en la insuficiencia de equipos y redes de acceso “especialmente en las escuelas rurales por la falta de conexión a internet y la ausencia de la infraestructura tecnológica” (Bonilla & Muñoz, 2022, p. 52). Y como si fuera poco la precariedad en la conexión eléctrica aún persiste en distintas áreas rurales de la región. Estas situaciones se constituyen en los desafíos que ha debido sortear el maestro rural.

También se menciona la necesidad según Olave & Vázquez (2022) de cambiar la imagen del maestro desde su naturaleza individual, así como a partir de su integración social. Actualmente se muestra fragilidad en el querer ser docente, teniendo en cuenta las reflexiones de estudiantes que se forman en una escuela normal cuyo propósito inicial es el de hacerse maestros. Se hace interesante a la vez que preocupa el devenir en su formación y especialmente de los educadores rurales quienes se ven enfrentados a una crisis vocacional producto de múltiples factores que amenazan la realización de un proyecto de vida ideal desde su profesión, así mismo, su proyección social y servicio a la comunidad.

Respecto al perfil del personal docente Ramírez (2015) reconoce la importancia de valorar las tipologías pedagógico-comunitarias de la práctica educativa en la zona rural. Estas características posibilitan la intervención en espacios laborales alternativos y contribuyen al desarrollo de competencias, habilidades, saberes y actitudes que deben acompañar la labor docente en la ruralidad. Ser maestro implica tener en cuenta ciertas características hacia la plena garantía de una educación acorde a las necesidades de la comunidad.

En este orden Segura & Torres (2020) reconocen la educación como eje de transformación social y como principio de oportunidad para las poblaciones rurales, en lugar de ser considerada como un recurso para el mercado. Haciendo énfasis en la esencia humanista del rol del maestro en la ruralidad. Educar en la diversidad es uno de los mayores desafíos en un mundo donde la cultura globalizante amenaza con arrasar el pluralismo cultural y establece un modelo homogéneo útil a la pretensión macroeconómica. La educación rural debería ser orientada en función de la solución a necesidades propias del entorno, las cuales podrían significar verdaderos cambios a sus dinámicas internas en el orden económico, social y de equilibrio con la naturaleza.

En atención a la revisión de la información respecto del objeto de consulta, se hace interesante el recorrido investigativo, a partir de los aportes encontrados. Se observa que en los artículos se menciona el nivel de criticidad que hay en la investigación a partir de la educación rural, la cual ha tomado importancia en los últimos tiempos. Sin embargo, los resultados positivos son poco perceptibles desde el componente educativo en la proyección y mejora de la calidad de vida de los habitantes rurales.

Así mismo, genera preocupación el accionar del docente en estos contextos. Y es que la ruralidad se ha convertido en un paso transitorio para diferentes profesionales que hoy incursionan en el ejercicio educativo. Quienes, al término del periodo de prueba, buscan nuevos horizontes, representados en opciones más cercanas a su entorno familiar. Así, el abordaje de las realidades rurales por el maestro siempre finaliza al encuentro de nuevas oportunidades en espacios urbanos. Estos eventos son los que generan tensiones permanentes respecto de la atención del estudiante rural.

En la ruralidad una vez se reubica el docente pareciera que también finalizan los procesos quedando inconclusos en su mayoría. Esta realidad afecta de manera notable los intereses y el apoyo de la comunidad; y se constituye en una situación repetitiva al interior de las comunidades en la demanda por un personal idóneo que no ve en la ruralidad la plenitud de su ejercicio profesional. Finalmente, los resultados de estas acciones conllevan al atraso estudiantil y al aumento en la precariedad del sistema educativo rural.

El maestro y la calidad de la educación rural en Latinoamérica

La educación rural es fundamental para el desarrollo del sistema educativo en sus distintos niveles y requiere una atención especial para garantizar una educación equitativa y de calidad. A pesar de los desafíos existentes, las políticas gubernamentales en América Latina priorizan abordar esta situación. Estrategias como el aseguramiento de la gratuidad educativa en preescolar, básica y secundaria en zonas rurales son fundamentales para mejorar la calidad educativa y promover la equidad en el acceso a la educación.

Algunos estudios afirman que la educación vigente que reciben los estudiantes de bachillerato en los entornos rurales en Colombia no está acorde con las exigencias del estado y las instituciones de educación superior. Ni se observa una relación consistente entre el nivel de efectividad del proceso formativo y en adelante la obtención de un empleo de calidad. En este orden, se consideran como principales limitantes el escaso poder adquisitivo de las familias adicionado a un bajo rendimiento académico. Situación que incide de manera notable, como lo expresa Herrera & Rivera (2020) que “un alto porcentaje de los estudiantes presentan habilidades y destrezas deficientes para solucionar problemas e innovar y aplicar conocimientos en la práctica” (p.87).

Existen diversos factores que inciden en la calidad de la educación especialmente en la ruralidad. Es claro que se deben gestar cambios a la hora de impartir conocimientos y estos deben profundizar en la innovación de la educación de los entornos rurales. El docente rural deberá especializarse en mejores prácticas pedagógicas para estar en competencia y brindar una educación de calidad. También se debe avanzar en el tema de idoneidad y responsabilidad del docente al asumir la educación rural.

Al evidenciar algunas falencias que tocan de manera directa al docente, también es necesario cuestionar el entorno y los sujetos educables. No se desconoce el desempeño y responsabilidad en el acto educativo y en la proyección social. Pero también es cuestionable el ¿Cómo perciben los estudiantes, padres de familia, actores comunitarios los esfuerzos por la garantía de una educación de calidad?, ¿Cómo la educación aporta en el mejoramiento de su estilo de vida y potencia habilidades y destrezas en la realización de su proyecto de vida?, ¿Qué intereses tienen en función de la educación, y como una educación de calidad puede transformar su pensamiento, conocimiento y calidad de vida?

Según Medina & Estupiñán (2021) afirman que el papel de los padres en la ruralidad es el de agentes externos y su participación es mínima en las actividades realizadas en los establecimientos educativos. Esta situación, evidencia el bajo nivel en la formación de los progenitores a la vez que invita a adelantar acciones para garantizar un mayor acercamiento e instalación de responsabilidades. En contraste, Ortega & Cárcamo (2018) valoran la reciprocidad que debe existir entre los profesores y las familias, considerándolos como agentes fundamentales para alcanzar los aprendizajes en los estudiantes. Ratificando de esta manera el papel y la importancia de la familia y su rol en el proceso formativo.

Respecto de la realidad Latinoamericana actualmente confluyen múltiples intereses, objetivos, y metas estratégicas siendo una región de alto crecimiento poblacional y baja competitividad económica dado su incipiente desarrollo. Hace que diversos organismos internacionales hayan puesto su mirada en las debilidades, pero de manera fundamental en las oportunidades que puede generar para el consumo de bienes y servicios desde la óptica del desarrollo y la globalización. En este sentido, la educación termina siendo el vehículo de inmersión que delata las falencias presentadas a la vez que inserta los propósitos de las políticas globalizantes en la región.

Los informes y cuestionamientos sobre el papel de la educación ha sido la oportunidad perfecta para instalar nuevos modelos económicos, implementando políticas que direccionan sus objetivos globalizantes y alienadores en las culturas ancestrales, para potenciar y ampliar su eje de dominio. Básicamente se han adelantado ajustes en el gasto fiscal de los países latinoamericanos mediante la reducción de garantías y derechos en el caso de la educación, orientando la ejecución de la evaluación permanente como un factor determinante hacia la calidad.

Sin embargo, hay posiciones encontradas según Pérez et al., (2023) afirman que una calificación en el desempeño laboral alto no determina el aumento en el Índice Sintético de Calidad Educativa (ISCE) de las instituciones educativas. En este orden, es importante considerar dentro de las estrategias de mejoramiento algunas metas que contribuyan a equilibrar los resultados de las partes, buscando el crecimiento y fortalecimiento paralelo tanto del maestro como del estudiante.

Según Caro & Núñez (2018)es necesario elevar la calidad de los aprendizajes a partir de un adecuado proceso de gestión pedagógico. La calidad no depende de un alto porcentaje en las pruebas, también es importante centrar el interés educativo en la formación de la persona. En este sentido, se debe dar continuidad a programas de formación continua para el personal docente teniendo en cuenta los enfoques y competencias que se requieren para potenciar los actos pedagógicos en diferentes ámbitos sumados al interés formativo y apoyo de las familias.

Respecto de la selección de los docentes como garantía de calidad Aravena (2020), sostiene que un directivo no se destaca por su competencia técnica en la gestión de proyectos escolares, sino también por su capacidad de interacción y generación de compromiso de los padres en el proceso educativo. Además, se preocupa por el bienestar de los docentes, fomenta el desarrollo del aprendizaje socioemocional de los estudiantes y establece colaboraciones con organismos externos. Estas acciones contribuyen significativamente a crear un entorno educativo enriquecedor y efectivo, promoviendo un aprendizaje integral y una comunidad escolar sólida.

Sin embargo, estas competencias no siempre son perceptibles en una prueba, y en su mayoría los resultados tampoco se ajustan a lo cuantificable, operan de manera contextual en la armonía institucional y la efectividad en el proceso brindado. La misma situación ocurre en la selección de docentes, ante lo cual emergen nuevas crisis que de manera lógica se deben abordar en la búsqueda hacia el camino de la formación y la calidad.

Según Elacqua et al. (2018) plantean como dificultad la incidencia que puede tener una mayor selectividad en la cobertura de profesores especialistas. Se complica la determinación de criterios que cualifiquen al docente, a partir de una prueba estandarizada que podría medir el grado de conocimiento de un área específica, pero que difiere en el escenario real al que se expone al docente en su accionar pedagógico. También se constituye en un desafío el acto de determinar las características que den cuenta de la efectividad de un docente.

De acuerdo con Chacón (2019) concluye con preocupación sobre la tradicionalidad en las prácticas pedagógicas, reduciendo al maestro a ser un trasmisor y no como un productor de saber y conocimiento. Es claro que estas tendencias han marcado el estancamiento del saber pedagógico. También han naturalizado la repetición de modelos cuya finalidad radica en la preparación de una sociedad de consumo, poco propositiva y transformadora de su realidad.

Continuando con Díaz (2019) hace una crítica al nivel de importancia al cual se han llevado las pruebas externas y los resultados que desestiman la grandeza de los aprendizajes y su utilidad. En este sentido, la escuela ha perdido su papel en lo político y hace menos posible el alcance de una educación de calidad. Ante esta situación se visionan dos alternativas: conducir al maestro y la escuela rural indicando el final o reivindicar su naturaleza y esencia como ejes de transformación y desarrollo social.

Factores y desafíos que inciden en la responsabilidad social del maestro en Latinoamérica.

Considerando el desempeño docente como un factor clave y que la implementación de dinámicas educativas recientes puede mejorar la calidad de la educación, implica un enfoque efectivo y eficiente en el proceso de enseñanza. Este ejercicio se ha instalado en diversos países latinoamericanos como posibles alternativas en función de la búsqueda de la calidad de la educación, pero también ha sido un proceso de tensiones, objetivo de análisis y observación según los lineamientos con que se ha concebido entre las políticas educativas de cada país.

Según Martínez et al. (2020) hacen necesaria la evaluación del desempeño docente desde el aula, evidenciando la realidad en su práctica a la vez que sea la fuente de retroalimentación y la posibilidad de mejoramiento. Sin embargo, los modelos evaluativos se han estandarizado, situación que desconoce la diversidad del aula, de las prácticas pedagógicas y del estilo de enseñanza - aprendizaje utilizado por el docente.

En este mismo orden, se considera que el examen no refleja el actuar diario del docente en el aula. La importancia de la evaluación radica en la reflexión pedagógica que incita el acto de auto – evaluarse para potenciar lo bueno y reducir y replantear lo negativo. En la actualidad los modelos de evaluación estandarizados se han convertido en un objetivo político de corte sancionatorio y en algunos casos como estrategia para la separación del ejercicio docente, desvirtuando los propósitos centrales en torno al mejoramiento de la educación.

También es interesante revisar los procesos de ingreso a la carrera docente, que bien podría constituirse en un factor importante respecto de la responsabilidad social en el contexto rural. Continuando con los hallazgos de (Martínez et al. 2020) refieren del maestro sus inseguridades respecto del ejercicio profesional como al espacio desde donde dinamiza la acción pedagógica. Esta situación de incertidumbre también hace complejo el entorno educativo y devela las tensiones que oferta la sociedad actual.

De acuerdo con Martínez et al. (2020) los profesores no se sienten preparados para afrontar el día a día en una institución educativa. Esta situación obedece especialmente a los docentes que ingresan por primera vez a las instituciones educativas. En este sentido, es oportuno preguntarse ¿Cuál ha sido la efectividad de las prácticas de campo efectuadas como requisito para la obtención de grado?, ¿Las prácticas de docentes se están adelantando en escenarios reales? o ¿Se responde a un formalismo universitario sin tener en cuenta la responsabilidad que implica el rol del docente en contextos vulnerables?

Continuando con el análisis Escribano (2018) refiere la insatisfacción y crítica hacia los sistemas educativos, fundamentada en la desconexión entre el contenido enseñado y las demandas educativas actuales. Esta perspectiva refleja la preocupación por alinear la educación con las necesidades reales de la sociedad y el mercado laboral como eje central del capitalismo. Estos hechos han impactado la educación en la región, afectando aspectos orientados en función de la calidad educativa y las tendencias hacia la descolonización en el uso de enfoques pedagógicos propios. Este escenario enfrenta el rol del maestro frente a lo que le orienta su percepción pedagógica y lo que demanda la sociedad.

Al centrarse en las concepciones capitalistas se busca que la educación no solo transmita conocimientos teóricos, sino que también desarrolle habilidades prácticas y competencias relevantes para el entorno laboral. Esta visión apunta a que los resultados educativos estén alineados con las expectativas de las macroeconomías, promoviendo así un “desarrollo” más efectivo a nivel global. Por lo tanto, es fundamental examinar cómo estas políticas han modelado el sistema educativo latinoamericano y como han influido en el pensamiento y responsabilidad social del maestro.

Ante lo cual Picoli & Guilherme (2021) afirman que mediante la educación las personas pueden superar limitaciones del orden económico, superar obstáculos y garantizar el desarrollo de un proyecto de vida ideal. En este sentido, las prácticas neoliberales han promovido una visión de la educación orientada hacia la eficiencia, la competencia y la privatización, negando las posibilidades del individuo y homogenizando su pensamiento. Por tal razón, estas políticas siguen generando debates sobre su impacto en la equidad y accesibilidad a una educación de calidad. En tal sentido, algunos docentes siguen planteando desafíos para preservar la diversidad cultural y promover un enfoque más humanista en la educación.

En este contexto, es esencial continuar en el análisis crítico de cómo las políticas neoliberales han configurado el panorama educativo en América Latina. A partir de considerar los aspectos positivos como las consecuencias devastadoras en cuanto a desigualdad, exclusión y homogeneización del sistema educativo. La reflexión profunda sobre estos factores resulta fundamental para abordar los desafíos actuales y promover un sistema educativo incluyente, equitativo y centrado en el desarrollo integral de los individuos a partir de su contexto. Lo cual se constituye en un buen escenario de revisión de las percepciones de los docentes y su actuación de cara al sistema y su responsabilidad social en la formación desde la ruralidad.

Con respecto a los desafíos Hurtado et al. (2019) mencionan la responsabilidad que el docente latinoamericano tiene respecto de la integración de sus estudiantes en un espacio que responda a las diversidades que se presentan y donde, además, el accionar docente conlleve a su desenvolvimiento y aprendizaje. En atención a esta situación ser docente implica estar condicionado al cambio, además de la disponibilidad que se ha de tener frente a la auto formación para la atención de situaciones emergentes.

Estas responsabilidades no son fáciles, representan los retos que debe sortear el docente en la ruralidad donde no es la atención de la diversidad mediante el ingreso en el aula, sino el espacio para fortalecer talentos y capacidades excepcionales como la atención pedagógica a estudiantes en situación de discapacidad. De esta manera, la responsabilidad social del maestro va más allá de lo establecido en las políticas que rigen su profesión, la acción pedagógica le imprime múltiples retos a los que ha de responder técnica, social y sicológicamente gestando el mayor desarrollo en los sujetos educables.

Conclusiones

El rol del maestro es clave y fundamental para la sociedad. Considerado como el máximo responsable de los procesos educativos hacia el fortalecimiento y desarrollo de las comunidades rurales. Así, como el maestro en medio de la incertidumbre y la adversidad ha asumido una responsabilidad social sin igual para generar resultados positivos en medio de una sociedad en crisis y devastada por las dinámicas internas y externas.

En los entornos rurales es evidente el olvido y abandono estatal, sin embargo, la única fuente de esperanza la constituye el maestro quien, en medio de las limitaciones por la falta de recursos, precariedad, aislamiento, desarraigo familiar se muestra invencible asumiendo la responsabilidad de educar en medio los desafíos llevando prácticas éticas y respetuosas, que contribuyen al desarrollo de las comunidades rurales.

No se desconocen los bajos resultados en la calidad de la educación rural, tampoco los esfuerzos gubernamentales por reducir esta problemática, pero también se admite que existen limitantes que bien podrían ser consideradas responsabilidades en el avance hacia la calidad educativa en los entornos rurales, como es la articulación entre la formación recibida, el desempeño de las prácticas pedagógicas y la dinámica interna de las comunidades. En este sentido, se hace necesaria la innovación pedagógica en la educación rural.

La responsabilidad social del maestro rural conlleva a una formación permanente, situación que se hace difícil teniendo en cuenta la distancia de los lugares con los centros de formación. En este sentido, es fundamental la integración efectiva de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en la educación rural como un factor de apoyo.

También es urgente la gratuidad en la educación para el docente rural, quien por su ubicación geográfica no dispone ni del tiempo ni los recursos para cualificarse de manera continua. Por lo que se requieren políticas adaptadas a las necesidades rurales, que incluyan la formación docente y el acceso a recursos tecnológicos.

Otra de las responsabilidades sociales inherentes al ejercicio docente en la actualidad es la vinculación de los padres de familia en la educación. Reconfigurar el papel político que tiene el acto educativo también es clave para el desarrollo rural, pero en este caso no es tarea de las entidades gubernamentales, sino también depende de la proyección y acompañamiento de la familia en el proceso formativo.

Referencias