D Jatuaida2024

Percepción docente en recursos de gratuidad y la mejora del clima escolar en instituciones educativas

https://doi.org/10.59722/riic.v2i2.933

José Alfredo Villar

https://orcid.org/0009-0008-0888-8258

Universidad de Panamá

Panamá

jose-a.villar@up.ac.pa


Fecha de recepción:05 de junio de 2025.

Fecha de aceptación:27 de julio de 2025

Resumen

Esta investigación analiza las percepciones de los docentes sobre el uso apropiado de los recursos de gratuidad y su relación con la mejora del clima escolar en instituciones educativas públicas de Colombia; Se abordó desde un enfoque cualitativo, empleando como técnicas de recolección de información entrevistas semiestructuradas, grupos focales, observación participante y revisión de documentos institucionales con docentes de dos instituciones. El estudio se desarrolló bajo el diseño de estudio de caso múltiple, con el fin de comprender las dinámicas locales en torno a la gestión de los recursos y su incidencia en los ambientes escolares. Los hallazgos muestran que el uso adecuado de los recursos de gratuidad, cuando se realiza con criterios de equidad, participación y pertinencia, contribuye a fortalecer la convivencia escolar, mejora los procesos pedagógicos y genera mayor sentido de pertenencia en la comunidad educativa; no obstante, se evidencian debilidades en la planificación, articulación entre directivos y docentes, y el seguimiento del impacto de los recursos en el clima escolar. El estudio concluye, que es necesario fomentar procesos de formación en gestión educativa, establecer mecanismos participativos de decisión sobre el uso de los recursos y promover una cultura institucional basada en la transparencia y el bienestar colectivo; se recomienda también, fortalecer las políticas públicas, que garanticen la sostenibilidad y efectividad de la gratuidad, entendida no sólo como acceso, sino como una herramienta clave para transformar el clima escolar y la calidad educativa en contextos.

Palabras clave: ambiente educacional, recursos educativos, actitud del docente, gestión educacional y calidad de la educación.


Teachers’ perceptions of free-of-charge resources and the improvement of school climate in educational institutions

Abstract

This study analyzes teachers’ perceptions of the appropriate use of free‑of‑charge resources and their relationship with the improvement of the school climate in public educational institutions in Colombia. Adopting a qualitative approach, data were collected through semi‑structured interviews, focus groups, participant observation, and a review of institutional documents with teachers from various schools. The research followed a multiple‑case study design to understand local dynamics surrounding resource management and its impact on school environments. The findings indicate that the proper use of free resources—when guided by criteria of equity, participation, and relevance—helps strengthen school coexistence, enhances pedagogical processes, and fosters a stronger sense of belonging within the educational community. Nevertheless, weaknesses were identified in planning, coordination between administrators and teachers, and in monitoring the resources’ impact on the school climate. The study concludes that it is essential to promote training in educational management, establish participatory mechanisms for decision‑making on resource use, and cultivate an institutional culture rooted in transparency and collective well‑being. It also recommends strengthening public policies that ensure the sustainability and effectiveness of gratuity, understood not only as access but as a key tool for transforming the school climate and educational quality in vulnerable contexts.

Key words: school environment; educational resources; teacher attitude; educational management; quality of educationPercepção docente sobre os recursos de gratuidade e a melhoria do clima escolar em instituições educativas.


Percepção docente sobre os recursos de gratuidade e a melhoria do clima escolar em instituições educacionais

Resumo

Esta pesquisa analisa as percepções dos docentes acerca do uso apropriado dos recursos de gratuidade e sua relação com a melhoria do clima escolar em instituições educacionais públicas da Colômbia. O estudo foi conduzido a partir de uma abordagem qualitativa, empregando entrevistas semiestruturadas, grupos focais, observação participante e revisão de documentos institucionais com docentes de diferentes escolas. Adotou‑se um desenho de estudo de caso múltiplo para compreender as dinâmicas locais em torno da gestão dos recursos e sua incidência nos ambientes escolares.Os achados mostram que o uso adequado dos recursos de gratuidade, quando pautado em critérios de equidade, participação e pertinência, contribui para fortalecer a convivência escolar, melhorar os processos pedagógicos e gerar maior senso de pertencimento na comunidade educativa. Contudo, evidenciam‑se fragilidades no planejamento, na articulação entre gestores e docentes e no acompanhamento do impacto desses recursos no clima escolar. O estudo conclui que é necessário promover processos de formação em gestão educacional, estabelecer mecanismos participativos de decisão sobre a utilização dos recursos e fomentar uma cultura institucional baseada na transparência e no bem‑estar coletivo. Recomenda‑se, ainda, fortalecer as políticas públicas que assegurem a sustentabilidade e a efetividade da gratuidade, entendida não apenas como acesso, mas como ferramenta chave para transformar o clima escolar e a qualidade educacional em contextos vulneráveis.

Palavras-chave: ambiente educacional, recursos educacionais, atitude docente, gestão educacional, qualidade da educação.


Introducción

La educación pública en Colombia se ha transformado significativamente con la implementación de política de gratuidad, cuyo propósito es garantizar el acceso, permanencia y calidad de la educación para todos los estudiantes. Sin embargo, el impacto real de estos recursos, en la percepción de los docentes, sigue siendo un aspecto poco estudiado. En este contexto, la presente investigación resulta relevante porque busca analizar cómo los docentes perciben el uso de los recursos de gratuidad y su influencia en la mejora del clima escolar en las instituciones educativas públicas del país.

Desde una perspectiva práctica, este estudio permitirá identificar fortalezas y debilidades en la gestión de los recursos de gratuidad, contribuyendo a la formulación de estrategias que optimicen su uso y potencien su impacto en el bienestar de la comunidad educativa; la percepción de los docentes es clave, ya que ellos son actores fundamentales en el proceso de enseñanza y aprendizaje y en la construcción de un ambiente escolar adecuado; en este sentido, la transformación del clima escolar está asociada al fortalecimiento del capital profesional del docente Hargreaves & Fullan (2012), comprender sus opiniones y experiencias, permitirá generar propuestas orientadas a mejorar la administración de estos recursos, garantizando que se cumplan efectivamente con su propósito.

La investigación aporta al campo de la educación y a la gestión escolar proporcionando un análisis profundo sobre la relación entre los recursos de gratuidad y el clima escolar, aspectos que influyen directamente en la calidad educativa; Haro-Lara et al.(2023), determina que el acompañamiento y proceso de formación integral está estructurado a través de un trabajo en red donde la principal limitante son las partidas presupuestarias; de esta manera, este estudio contribuye al debate sobre la efectividad de las políticas públicas en el sector educativo, ofreciendo evidencia sobre la ejecución del presupuesto en las instituciones educativas oficiales.

Del mismo modo, la investigación tiene un impacto significativo, ya que una adecuada gestión de los recursos de gratuidad puede favorecer ambientes escolares más equitativos, inclusivos y propicios para el aprendizaje. Del mismo modo Darling-Hammond (2015) manifiesta que, la equidad en la distribución de recursos, es clave para garantizar una educación justa y un clima escolar favorable; un clima escolar óptimo, mejora la motivación de los docentes y estudiantes, fortalece la convivencia y eleva los niveles de desempeño académico, lo que en última instancia beneficia a toda la comunidad educativa; por el contrario, como la manifiesta Fierro-Suero et al. (2021) un clima escolar adverso se asocia con ansiedad, estrés y bajo compromiso académico.

Material y métodos

Frente a esa dicotomía que emerge como fantasma; añorar el pasado, mantener vivo el recuerdo de la vieja escuela, esperanzados en un “retorno a la normalidad” o lanzarse desbocados al ilusionismo futurista; los investigadores proponen una pausa de reflexión que permita escuchar a las partes en disputa.

Este estudio se desarrolló mediante un diseño cualitativo de dos casos en particular con enfoque interpretativo, permitiendo comprender las experiencias y significados que los docentes atribuyen a la gestión de los recursos de gratuidad y su incidencia en la convivencia escolar. Se seleccionaron dos instituciones educativas públicas urbanas en Riohacha la Guajira, mediante muestreo con criterios intencionales como sectores de alta vulnerabilidad social, nivel socioeconómico bajo de la población atendida, cobertura mayor a 1000 estudiantes; ya que los recursos que llegan por políticas de gratuidad son proporcionales a la población matriculada.

Estos criterios se alinean con el objeto del estudio, al permitir explorar contextos donde la administración de recursos puede tener un impacto más visible en el clima escolar y en las prácticas pedagógicas. En cada institución, los participantes fueron seleccionados también mediante muestreo intencional, considerando docentes con al menos cinco años de experiencia en la institución, involucrados en procesos de liderazgo académico o gestión escolar, y con conocimiento directo sobre la implementación de recursos de gratuidad. v

En total participaron en las entrevistas semiestructuradas 10 docentes por cada institución de manera individuales; se conformaron dos grupos focales, uno por institución, con la participación de 6 docentes por grupo. En la observación no participante, se llevaron a cabo cuatro sesiones, dos por institución, con una duración aproximada de 60 minutos cada una y con una frecuencia de tres meses, en reuniones de docentes, actividades pedagógicas y jornadas de entrega de materiales. La revisión documental, incluyó el análisis detallado de planes de mejoramientos y de inversión de gratuidad, informes institucionales, actas de reuniones directivas y del comité de convivencia escolar.

Con las lecturas de las condiciones iniciales de las instituciones, se realizó el análisis de la información mediante la transcripción completa de los resultados de las entrevistas, los grupos focales, las observaciones y análisis de los documentos para aumentar la validez interna del estudio; este procedimiento metodológico permite mantener coherencia entre el diseño, la selección de los casos, las técnicas empleadas y los objetivos de la investigación, asegurando así la credibilidad, transferibilidad y rigurosidad del análisis cualitativo.

Ahora bien; existen teorías que proporcionan un marco robusto para analizar la percepción de los docentes en el uso adecuado de los recursos de gratuidad y su impacto en el clima escolar. La intersección entre percepción docente, la gestión de recursos y el clima escolar, resalta la importancia de optimizar estos recursos para mejorar el entorno educativo, especialmente en zonas vulnerables. Sen (2022) ha sido uno

Sen (2022) ha sido uno de los principales exponentes de la justicia social, destacando la importancia de crear oportunidades reales para que todos puedan participar en la vida social, política y económica. En el ámbito educativo, este enfoque se traduce en la necesidad de garantizar que los recursos de gratuidad se utilicen de manera efectiva para mejorar las condiciones escolares, favoreciendo el bienestar y el rendimiento de los estudiantes.

Por su parte, Huamán et al. (2023) manifiestan, que los presupuestos limitados pueden restringir la capacidad de implementar cambios significativos. En el contexto de esta investigación, los recursos de gratuidad pueden ser un motor clave para mejorar el clima escolar, fomentando un entorno más inclusivo y propicio para el aprendizaje. Cabe resaltar que, Leithwood et al. (2008) señalan que el liderazgo escolar efectivo tiene un impacto significativo tanto en el rendimiento académico de los estudiantes como en la mejora del clima escolar, actuando de una forma indirecta pero poderosa a través de la motivación, las condiciones de trabajo y la gestión colaborativa.

Los autores sostienen que un liderazgo fuerte es fundamental para la gestión adecuada de los recursos educativos, ya que permite identificar las necesidades más urgentes y dirigir los recursos disponibles de manera estratégica.

León Soria & Sánchez Huarcaya (2022) mencionan que, la eficacia escolar se asienta sobre el hecho de que las escuelas son capaces de mejorar las condiciones de los estudiantes, independientemente de las diferencias de su contexto o antecedente social, los autores destaca que la dirección escolar debe centrarse en optimizar el uso de los recursos para generar un ambiente educativo propicio, en el que tanto docentes como estudiantes puedan desarrollar su potencial; en este sentido, la correcta administración de los recursos de gratuidad en instituciones educativas vulnerables, como las de Riohacha, puede contribuir significativamente a la mejora del clima escolar y, en consecuencia, a la calidad de la educación ofrecida.

Por su parte, Murillo (2005) argumenta, que la mejora de la escuela está intrínsecamente relacionada con la eficacia escolar, la cual depende en gran medida de una adecuada planificación y utilización de los recursos educativos; el autor resalta la importancia de la asignación estratégica de los recursos para superar las barreras que enfrentan las escuelas en contextos de vulnerabilidad; en este caso, la teoría de Murillo se alinea con la idea de que los recursos de gratuidad pueden jugar un rol clave en la creación de un clima escolar más favorable, donde tanto los estudiantes como los docentes se beneficien de un entorno que promueva el aprendizaje y la cohesión social.

El clima escolar, se refiere a la calidad y carácter de la vida escolar, abarcando aspectos como las relaciones entre estudiantes y profesores, la percepción de seguridad y el ambiente académico; investigaciones han demostrado que un clima escolar positivo no solo mejora el rendimiento académico, sino que también fomenta una mayor cohesión social y bienestar emocional (Cohen et al., 2009). En esta investigación, analizar cómo el uso adecuado de los recursos de gratuidad influye en el clima escolar, permitirá explorar su impacto en la convivencia, el rendimiento académico y la inclusión.

Por otra parte, Harraka (2002) explica que las redes sociales de confianza y la participación comunitaria, son pilares no solo de la cohesión social, sino también de resultados educativos más favorables; según el autor, el capital social entendido como esas interacciones horizontales, influye positivamente en el aprendizaje, en la participación escolar y en el bienestar general de la comunidad. Un clima escolar positivo, apoyado por una adecuada gestión de los recursos de gratuidad, puede generar un entorno de confianza y cooperación que beneficie tanto a estudiantes como a docentes.

De igual forma, Ainscow (2005) plantea que la inclusión educativa no solo se refiere a la integración de estudiantes con necesidades educativas especiales, sino también a la creación de entornos que favorezcan la participación de todos los estudiantes, independientemente de sus condiciones socioeconómicas; en este sentido, su propuesta de un sistema educativo inclusivo puede ser fundamental para analizar cómo los recursos de gratuidad pueden ser gestionados para promover un clima escolar que favorezca la equidad y la participación. Este enfoque es relevante en contextos vulnerables, como el de las instituciones educativas en Riohacha, donde la correcta asignación de los recursos, puede ser un catalizador de cambio para la mejora del clima escolar.

Cuando se habla de clima escolar, también se hace referencia al ambiente emocional y social que prevalece en una escuela, es una combinación de percepciones, actitudes y relaciones que caracterizan la vida diaria en el entorno escolar. Estudio de Gazmuri et al. (2015), basado en observación de aulas en Chile, señalan que, para mejorar el clima y los resultados educativos, es necesario considerar los factores institucionales y contextuales que median la relación entre ambiente y desempeño, lo cual significa que el ambiente en una escuela y el rendimiento académico de los estudiantes están relacionados entre sí. El clima escolar también influye en la satisfacción laboral y la retención del personal docente, los maestros y el personal administrativo tienden a estar más satisfechos y comprometidos en entornos escolares positivos, donde se sienten apoyados, respetados y valorados. “El clima escolar es un fenómeno organizacional, en todos los casos tomamos a las escuelas y no a los estudiantes aislados como unidades de análisis” (Míguez, 2021, p.190). Como lo menciona el autor, cuando se trata de clima escolar se habla de la comunidad en general.

Cuando se habla de clima escolar, también se hace referencia al ambiente emocional y social que prevalece en una escuela, es una combinación de percepciones, actitudes y relaciones que caracterizan la vida diaria en el entorno escolar. Estudio de Gazmuri et al. (2015), basado en observación de aulas en Chile, señalan que, para mejorar el clima y los resultados educativos, es necesario considerar los factores institucionales y contextuales que median la relación entre ambiente y desempeño, lo cual significa que el ambiente en una escuela y el rendimiento académico de los estudiantes están relacionados entre sí. El clima escolar también influye en la satisfacción laboral y la retención del personal docente, los maestros y el personal administrativo tienden a estar más satisfechos y comprometidos en entornos escolares positivos, donde se sienten apoyados, respetados y valorados. “El clima escolar es un fenómeno organizacional, en todos los casos tomamos a las escuelas y no a los estudiantes aislados como unidades de análisis” (Míguez, 2021, p.190). Como lo menciona el autor, cuando se trata de clima escolar se habla de la comunidad en general.

La inversión propicia en recursos educativos, es una condición fundamental para lograr entornos escolares inclusivos y equitativos. Según la United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (UNESCO) (2020), los sistemas educativos deben garantizar no solo la presencia, sino también la participación y el aprendizaje efectivo de todos los estudiantes, promoviendo políticas que eliminen las barreras materiales y actitudinales dentro de las escuelas.

Ahora bien, los rectores de las instituciones educativas en Colombia, tienen la responsabilidad, de administrar estos recursos, para garantizar el funcionamiento eficiente de sus establecimientos; la confianza de los docentes en su directivo, es un elemento clave para cultivar un clima escolar óptimo.

En coherencia con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el presente artículo se alinea con sus objetivos, puesto que se enfoca en garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, así como en promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida para todas las personas. Este objetivo reconoce que el acceso gratuito a una educación de calidad es un derecho fundamental y una condición esencial para superar las desigualdades. En particular, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) (2015) establece que todos los niños y las niñas deben completar la educación primaria y secundaria gratuitas, equitativas y de calidad.

La fundamentación epistemológica juega un papel fundamental en la investigación científica, proporcionando el marco filosófico y conceptual que guía la forma en que se concibe el conocimiento y se realiza la investigación. La base epistemológica sostiene los enfoques teóricos, lógicos y metodológicos que articulan cada etapa del proceso investigativo (Vélez & Pérez, 2019). En el corazón de la epistemología se plantean preguntas fundamentales acerca de la naturaleza del conocimiento: cómo se adquiere, qué se considera válido y cómo se justifica. Este componente esencial de todo estudio investigativo no solo orienta los métodos y enfoques empleados, sino que también incide en la interpretación de los resultados y en la comprensión de las implicaciones de la investigación.

Se reconoce que un paradigma de investigación es un conjunto de creencias, valores y supuestos compartidos que orientan la manera en que la investigación se lleva a cabo y se comprende en un campo o disciplina determinados. “Si la fundamentación epistemológica es suficiente, clara, pertinente preponderante y congruente con todo el proceso indagatorio, también lo será sus resultados” Vélez & Pérez (2019). Esta fundamentación epistemológica proporciona marcos conceptuales y metodológicos que influyen en cómo se formulan preguntas de investigación, se recopilan y analizan datos, se interpretan los hallazgos y se comunican los resultados.

Este artículo se fundamenta bajo el paradigma sociocrítico, el contexto de la investigación se centra en examinar las injusticias sociales, las desigualdades de poder y las estructuras de dominación que existen en la sociedad, busca desafiar y promover el cambio social mediante la identificación y la crítica de las estructuras de opresión y exclusión.

Los investigadores cualitativos, suelen tener la libertad de adaptar sus métodos de investigación según las necesidades del estudio y las dinámicas emergentes en el campo. “El diseño de investigación desde el enfoque crítico, se genera a través del diálogo y consenso del equipo de investigación, es un proceso en espiral” Vélez (2014, p.135) Esto permite una respuesta más flexible a las complejidades del fenómeno estudiado.

Se explica ahora con más detalle; que, para abordar la investigación sobre la percepción del maestro en el uso apropiado de los recursos de gratuidad y su impacto en el clima escolar, es necesario aplicar técnicas de recolección de datos, que permitan captar tanto las percepciones individuales como las dinámicas colectivas en el contexto escolar; entre estas técnicas tenemos: entrevistas semiestructuradas, grupos focales, observación participante y revisión documental.

Las entrevistas semiestructuradas, proporcionan un espacio para que los participantes expresen sus opiniones y experiencias de manera detallada y personal, permitiendo explorar a profundidad las experiencias y opiniones individuales de los participantes sobre un tema, combinando preguntas abiertas que facilitan la conversación con otras más específicas que aseguran la recolección de datos comparables. Este tipo de entrevista se considera especialmente adecuada para temas complejos o sensibles, ya que permite al investigador ajustar las preguntas en función de la respuesta del entrevistado, fomentando un ambiente de confianza que puede revelar información más genuina y detallada.

De esta manera, se realizaron diez entrevistas semiestructuradas a docentes seleccionados mediante muestreo intencional, en cada institución, considerando su experiencia y vinculación directa con la gestión institucional y el uso de recursos de gratuidad; las entrevistas tuvieron una duración promedio de 45 minutos y se llevaron a cabo de forma presencial en las instituciones educativas, en espacios previamente coordinados con la rectoría. El acceso a los participantes se gestionó mediante una carta de invitación firmada por el investigador, respetando los principios éticos de consentimiento informado, confidencialidad y anonimato, las entrevistas fueron grabadas con autorización de los participantes y luego transcritas para su análisis cualitativo.

Como lo manifiesta (Kvale, 2011) “Las entrevistas semi-estructuradas permiten un equilibrio entre una guía temática y la libertad de respuesta del entrevistado, lo cual facilita un entendimiento detallado de experiencias y puntos de vista” (p.80) además; esta técnica, permite captar cómo cada participante percibe su entorno y su rol dentro del mismo, proporcionando una visión personalizada del impacto que los recursos de gratuidad tienen en su percepción del clima escolar. Se empleó una guía de entrevista semiestructurada diseñada con ejes temáticos y preguntas orientadoras, las cuales podían adaptarse a las respuestas de los entrevistados.

Por otro lado, los grupos focales son útiles para explorar y comprender las percepciones y las interacciones de los participantes, ya que su dinámica permite observar cómo se construyen y se negocian las opiniones colectivas; se sabe, que un clima escolar positivo está estrechamente vinculado con la capacidad institucional de gestionar la diversidad en sus múltiples dimensiones. Harraka (2002), sostiene que las escuelas deben asumir un compromiso activo con la equidad, el respeto y la inclusión para favorecer entornos que promuevan el aprendizaje y la participación.

Se desarrollaron dos grupos focales, uno por cada institución educativa seleccionada; cada grupo estuvo conformado por seis participantes, entre ellos docentes, coordinadores y personal directivo. Esta composición permite una triangulación rica de perspectivas institucionales, las sesiones tuvieron una duración aproximada de 90 minutos y se realizaron en espacios institucionales adecuados. El investigador moderó los encuentros siguiendo una guía temática orientada a facilitar la discusión colectiva sobre gestión de recursos y convivencia escolar, lo que favoreció el desarrollo fluido de las discusiones, las sesiones fueron grabadas en audio y posteriormente transcritas, garantizando el rigor del proceso y la fidelidad de los datos.

La observación no participante se utiliza para estudiar el comportamiento del objeto de estudio en su contexto natural sin intervención del investigador Taylor & Bogdan (1986) manifiestan que “La observación no participante facilita la recolección de datos en el ambiente cotidiano, permitiendo al investigador identificar patrones y comportamientos que reflejan la cultura y la dinámica del grupo” dado que el investigador no interviene, la observación es menos intrusiva y permite captar la atmósfera general de la institución, proporcionando datos valiosos sobre la dinámica grupal, que reflejan un clima escolar en su forma más auténtica.

Las observaciones fueron realizadas directamente por el investigador, sin intervenir en los escenarios observados, se utilizó una guía estructurada que permitía registrar comportamientos, interacciones y dinámicas institucionales relacionadas con el clima escolar.

Adicionalmente se revisaron diversos documentos institucionales para contextualizar los hallazgos y fortalecer el proceso de triangulación; entre los documentos analizados se encuentran: Planes de Mejoramiento Institucional (PMI), Proyectos Educativos Institucionales (PEI), los informes de ejecución de recursos de gratuidad, las actas de consejo directivo, los planes anuales de compras y los reportes internos sobre clima escolar. La selección de estos documentos se basó en su relevancia frente a las categorías de análisis definidas en el estudio. El análisis documental se realizó con enfoque cualitativo, utilizando una matriz categorial que permitió establecer relaciones entre los contenidos institucionales y las percepciones recogidas mediante las demás técnicas (Bowen, 2009).

La validez y confiabilidad en investigación cualitativa son esenciales para asegurar resultados consistentes y representativos de la realidad estudiada. Vélez (2014) resalta la importancia de estrategias como la triangulación de datos y la revisión de pares, que fortalecen la credibilidad al contrastar información desde diferentes perspectivas. Además, la autora enfatiza que la confiabilidad se basa en la transparencia y sistematización del proceso, permitiendo que otros investigadores rastreen y comprendan las decisiones metodológicas.

Además, en la investigación cualitativa, la validez se refiere a la autenticidad y precisión con la que se representa la realidad estudiada, garantizando que los resultados reflejen fielmente las experiencias y perspectivas de los participantes. Para asegurar esta validez, los investigadores utilizan técnicas como la triangulación, lo cual permite profundizar en la comprensión de los fenómenos sociales, Según Maxwell (1992), "la validez en la investigación cualitativa, no busca una verdad absoluta, sino una interpretación creíble y coherente que permita comprender de forma significativa el contexto investigado" (p.280).

Vélez (2014) destaca que las técnicas de análisis e interpretación de resultados deben ser flexibles y adaptadas a los objetivos de la investigación cualitativa. Según la autora, el análisis debe ser un proceso reflexivo que permita identificar patrones y categorías emergentes de los datos. Vélez subraya la importancia de la triangulación para validar los resultados y reducir el sesgo. Además, señala que la interpretación debe ser un proceso colaborativo, en el que se considere el contexto y las perspectivas de los participantes.

Para Denzin y Lincoln (2011), la interpretación cualitativa debe ser reflexiva y considerar las influencias del investigador en los hallazgos. Esto implica que la persona investigadora no solo analiza los datos, sino que también tiene en cuenta su propio rol y las posibles interacciones que podrían haber influido en la obtención de los resultados, lo cual fortalece la validez de las conclusiones.

Resultados

El análisis temático de la información recolectada, permitió identificar cuatro categorías emergentes, que agrupan las percepciones de los docentes sobre el uso de los recursos de gratuidad y su relación con el clima escolar; estas son:

Planificación y pertinencia de los recursos, participación en la toma de decisiones, Impacto en la convivencia y el bienestar escolar y tensiones y desafíos en la gestión institucional, a continuación, se presentan los hallazgos por cada categoría.

1. Planificación y pertinencia de los recursos

Los docentes manifestaron que la distribución de los recursos de gratuidad, en muchas ocasiones, no responde a las necesidades reales del aula, ni a los contextos pedagógicos específicos; esta desarticulación, entre la asignación y el uso efectivo, genera una percepción de ineficiencia y desmotivación en la comunidad educativa, encontrándose afirmaciones como:

“Nos llegan materiales que no usamos o que no son prioritarios; a veces necesitamos cosas básicas como marcadores, papel, insumos para proyectos, pero no se consultan nuestras necesidades reales, hay recursos, pero si no hay planificación, terminamos improvisando o desaprovechándolos”.

2. Participación en la toma de decisiones

Una de las percepciones más reiteradas, fue la ausencia de los docentes en los procesos decisorios sobre la gestión de los recursos. Esta exclusión genera una sensación de invisibilidad frente a las necesidades pedagógicas reales del aula y afecta la apropiación colectiva de los recursos.

“Nunca se nos consulta qué se necesita o cómo se deberían usar los recursos, todo se decide entre rector y coordinadores”, los docentes consideran que una mayor participación, contribuiría no solo a una mejor planificación, sino también a un mayor sentido de pertenencia y corresponsabilidad en el uso de los recursos.

3. Impacto en la convivencia y el bienestar escolar

A pesar de las debilidades en la gestión, los docentes reconocen que cuando los recursos de gratuidad se emplean adecuadamente, pueden tener un efecto positivo en el clima escolar, mejorando la motivación estudiantil, la convivencia y la percepción de bienestar institucional.

Cuando se invierte en espacios como la biblioteca, las aulas y los laboratorios, se motiva a toda la comunidad educativa, lo que se refleja en la actitud de estudiantes y docentes. La mejora del clima escolar se percibe cuando los recursos fortalecen los programas de bienestar, la dotación básica y las condiciones de los espacios donde se desarrollan los procesos de enseñanza‑aprendizaje, pues todos estos elementos conforman un conjunto de acciones coordinadas e interrelacionadas.

4. Tensiones y desafíos en la gestión institucional

Los participantes señalaron que la falta de transparencia, la burocratización del proceso y la escasa rendición de cuentas, generan desconfianza y tensiones internas entre docentes y directivos; esto debilita la cohesión institucional y afecta el ambiente laboral. “No sabemos cuánto llega ni cómo se gasta; eso genera desconfianza, rumores y conflictos entre nosotros mismos” (entrevista a docentes). Esta situación refuerza la recomendación de Castellar Paternina (2015), quien sugiere mantener la dinámica de dejar sentado en las actas internas de la institución educativa la destinación de los recursos de la gratuidad, como una estrategia para fortalecer la transparencia y la legitimidad en la gestión.

En conjunto, los hallazgos permiten afirmar que las percepciones docentes sobre el uso de los recursos de gratuidad están profundamente influenciadas por los procesos de planificación, la participación, la transparencia y la pertinencia; cuando estos factores se articulan adecuadamente, los recursos pueden ser una herramienta transformadora del clima escolar; sin embargo, cuando se gestionan de forma excluyente o deficiente, generan tensiones que afectan el ambiente institucional y la calidad del proceso educativo. Sánchez Armas & Delgado Bardales (2020), advierte que la gestión educativa, es muy importante para mejorar el aprendizaje en los estudiantes donde la práctica docente es clave en la educación de los mismos.

Discusión

Los hallazgos obtenidos permiten comprender, que las percepciones de los docentes sobre el uso de los recursos de gratuidad, están marcadas por una tensión constante entre el potencial transformador de dichos recursos y las limitaciones estructurales que afectan la gestión en las instituciones educativas públicas. Esta tensión confirma lo planteado por Murillo (2011), quien advierte que las reformas educativas y los recursos asignados solo generan impacto cuando son gestionados desde una visión pedagógica, participativa y con compromiso docente. Como lo advierte Crouch et al. (2021), a medida que las ideas se prueban e iteran en nuevos contextos, los actores educativos deben vigilar el problema central, asegurando que las estrategias de gestión realmente respondan a los desafíos específicos de cada entorno escolar.

La falta de planificación en la distribución de los recursos de gratuidad, refleja una desconexión estructural entre la gestión institucional y las necesidades reales del aula. Esta visión se alinea con lo planteado por Vega Gutiérrez (2020), quien manifiesta que la gestión educativa es el mediador que activa la inspiración, la motivación, el apoyo y la orientación en la dirección correcta para sacar el máximo provecho de los maestros y lograr el mejoramiento escolar. Este hallazgo resalta cómo la ausencia de una mirada contextualizada en la asignación de insumos educativos, genera frustración en los docentes, disminuye su motivación y conduce a un uso ineficiente del presupuesto escolar. Es importante tener en cuenta lo recomendado por García et al. (2024) manifestando que, un liderazgo directivo eficaz es esencial para optimizar el funcionamiento de una institución educativa.

Además, la exclusión de los docentes en los procesos de decisión sobre el uso de los recursos, no solo afecta la planificación, sino que mina el sentido de pertenencia y corresponsabilidad institucional. Como lo advierte Alfonso Valderrama (2018), la participación docente en la gestión escolar es una dimensión clave para fortalecer la cultura institucional y mejorar la calidad educativa; cuando los maestros no son consultados, se genera una distancia entre quienes diseñan las políticas escolares y quienes las implementan en el aula; esto no solo reduce la eficacia en la asignación de los recursos, sino que refuerza relaciones verticales de poder, que afectan la confianza y la cohesión interna.

El uso pedagógico de los recursos debe ser el resultado de una construcción colectiva, en la que los actores educativos dialogan sobre prioridades, metodologías y necesidades específicas; la participación docente no es solo una condición ética, sino también estratégica para lograr una mayor apropiación y sostenibilidad de las decisiones institucionales.

Desde el paradigma socio-crítico que fundamenta esta investigación, se reconoce que la distribución de recursos, lejos de ser una acción meramente técnica o administrativa, está profundamente ligada a decisiones y modelos de gestión escolar que reproducen o transforman las dinámicas institucionales. Así lo advierte Lucero-Tello et al. (2024). al señalar que la implementación efectiva de estrategias de gestión contribuye a la mejora continua de la calidad de la educación, y provoca un cambio significativo en la cultura escolar.

Los resultados evidencian que, cuando los recursos se asignan sin consultar las necesidades reales del aula y sin involucrar a los docentes, se rompe el vínculo entre inversión y mejora educativa; esto coincide con lo expuesto por Leithwood et al.(2008) sobre la importancia del liderazgo distribuido y participativo como medio para fortalecer el clima y la eficacia escolar.

Por otro lado, los efectos positivos que emergen cuando los recursos se usan con criterios de equidad, transparencia y pertinencia, confirman que la gratuidad puede convertirse en una herramienta estratégica para mejorar la convivencia, aumentar la motivación docente-estudiantil y fortalecer el sentido de pertenencia institucional, tal como lo plantea el enfoque de Sen (2022) sobre la justicia social y el acceso real a oportunidades.

Este hallazgo, subraya una relación fundamental entre el uso adecuado de los recursos de gratuidad y el fortalecimiento del clima escolar; cuando se invierte en el mejoramiento de espacios, dotación básica y programas de bienestar, se generan condiciones que dignifican el trabajo docente y la experiencia estudiantil; esto coincide, con lo planteado por Murillo (2011), quien señala que un ambiente escolar positivo es producto tanto de relaciones humanas como de condiciones físicas y organizativas.

El bienestar escolar no puede pensarse sin condiciones dignas y adecuadas para enseñar y aprender, cuando los recursos permiten crear entornos seguros, motivadores y funcionales, se reducen tensiones, se mejora la convivencia y se favorece el desarrollo de competencias socioemocionales; en este sentido, los recursos no son solo materiales, son mediadores de la cultura escolar, del sentido institucional y del reconocimiento de los sujetos que habitan la escuela.

Además, el estudio reafirma que el clima escolar, como lo proponen Cohen et al. (2009) y Moreno Silverio (2023), no depende exclusivamente de factores subjetivos, sino también de condiciones estructurales como la dotación, el bienestar estudiantil y el apoyo institucional; por tanto, una adecuada gestión de los recursos de gratuidad tiene un efecto multiplicador en el ambiente escolar, especialmente en contextos de vulnerabilidad.

Por otra parte, las tensiones entre docentes y directivos por la falta de transparencia y la escasa rendición de cuentas, reflejan una debilidad estructural en los modelos de gestión escolar, Rosales-Eguía et al. (2022) evidenciaron que se requiere impulsar el liderazgo directivo en las instituciones educativas para alcanzar la calidad e idoneidad de la educación básica de la región latinoamericana. La confianza institucional, se construye a partir de prácticas abiertas, dialogadas y legítimas, cuando los flujos de información sobre los recursos son opacos, se genera un ambiente de sospecha que afecta no solo las relaciones interpersonales, sino también el compromiso con los objetivos comunes de la institución.

Halkias et al. (2022), menciona que, la investigación cualitativa juega un papel esencial en la investigación de problemas de liderazgo y gestión, en esta línea, una gestión educativa efectiva requiere coherencia entre la asignación de recursos, los procesos de seguimiento y los mecanismos de evaluación y rendición de cuentas; la ausencia de estos elementos, crea vacíos de gobernanza que afectan la calidad de la educación y el desarrollo profesional docente.

Conclusiones

La planificación inadecuada y la exclusión docente en las decisiones sobre los recursos de gratuidad afectan negativamente su efectividad y la percepción institucional.

Cuando se gestionan con criterios de pertinencia y equidad los recursos de gratuidad, tienen un impacto directo en la mejora del clima escolar, evidenciado en el fortalecimiento de la convivencia, el bienestar y el sentido de pertenencia.

La ausencia de mecanismos transparentes y participativos en la administración de los recursos, genera desconfianza, tensiones institucionales y una gestión fragmentada, afectando el clima escolar.

Es urgente fortalecer las capacidades institucionales en gestión educativa, mediante formación a directivos y docentes, definición de lineamientos claros y creación de espacios deliberativos para tomar decisiones sobre el uso de recursos.

Las políticas públicas deben entender la gratuidad, no solo como un instrumento de acceso, sino como una herramienta de transformación educativa y social, en la medida en que se enfoque en la mejora del clima escolar y la calidad del entorno de aprendizaje.

Es imprescindible elaborar protocolos de planificación y seguimiento del uso de los recursos de gratuidad que incorporen la participación activa del cuerpo docente.

Es fundamental establecer sistemas de evaluación cualitativa que permitan valorar, la incidencia real de la gratuidad sobre el ambiente escolar y los procesos de aprendizaje.

Lo manifestado por Asanza Capa (2020), da bases teóricas para nuestra última recomendación, que consiste en promover una cultura de transparencia y rendición de cuentas al interior de las instituciones, visibilizando de forma clara qué recursos llegan, cómo se distribuyen y qué resultados generan.

Referencias